viernes, 12 de diciembre de 2008

Tintas que hablan



Puedo estar en el pétalo de glicina que cae.
Estoy en una montaña contemplando la luna que acabo de pintar.
La nieve se derrite y la poesía baja en hilos, hasta perderse...
La barcaza que me lleva se mece entre oriente y occidente.
Y no estoy sola: niños y adultos juegan entre las olas.
Les muestro mi montaña, la luna y mi río.
Mientras, anhelo que puedan encontrar los suyos.

1 comentario:

  1. Querida Keiko:

    Un pajarito de sol que va a saltando de palabra en palabra me saludó feliz,
    tanto que hizo que derramara una lágrima.

    Dejé un geranio pequeño, juntito a tu glicina y
    te robé un poco de color para mi alma tantas veces melancólica.

    Mónica

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