sábado, 13 de diciembre de 2008

El atrapasoles - Máquinas posibles

 

Ya sabemos que en otoño e invierno es más difícil conseguir soles. Por eso, yo guardaría algunos de reserva y los dejaría caer, por ejemplo, en San Martín de los Andes en el mes de la lluvia. O dejaría uno bien grande, colgado en las ventanas de los agobiados oficinistas. También, en una bandejita multicolor, pondría un sol de desayuno para los más enfermos de los internados. Bajaría un sol gigante para los días de mucho frío y ya no nos haría falta ninguna otra calefacción. Y me guardaría uno especial para los días complicados, ésos en los que uno quisiera ser chico.

Si me quedara sin soles los dibujaría en cartón.


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