Puedo estar en el pétalo de glicina que cae.
Estoy en una montaña contemplando la luna que acabo de pintar. La nieve se derrite y la poesía baja en hilos, hasta perderse...
La barcaza que me lleva se mece entre oriente y occidente.
Les muestro mi montaña, la luna y mi mar.
Sacarse las anteojeras, observar y encontrar (no la media naranja), la naranja entera.
ResponderEliminarMuy buena la lección y los elementos didácticos.
Cariños