Miro. Siempre miro. Es hermoso mirar a través de dos lunas.
Y más hermoso aún, es dejar entrar el mundo por el espacio de dos ventanas circulares.
Un barco naufraga entre dos lágrimas.
Floto en una isla pequeña;
no sé si vuelvo o si voy.
Las lunas mueven lágrimas de sal y acercan (de a ratos)
sonrisas de crisantemos
humedad de bosques de pinos
muñecos de madera
kimonos de seda.
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