domingo, 9 de agosto de 2009

Sentidos

El día del eclipse, él y ella
unieron ojos de luna, manos de sol, guirnaldas de pájaros, bandadas de estrellas, vuelo de dragones, mezclaron duraznos y frutillas con crema, cobertura de chocolate y relleno de dulce de leche,
vino blanco, vino tinto, agua de lago, toda la bravura del mar, de las tormentas, de los rayos, de voces de sirenas y tesoros de perlas, oscuridad de los bosques, frutos de pino, música del viento.

Los suspiros movieron cortinas de seda
orquestaron caricias
danzaron el vaivén dulce de los opuestos.

Caminaron sobre ellos todos los relieves. Subieron las escaleras de la entrega; tocaron el todo. Aroma de fresias. Magnolias abiertas. Lluvia. Olor de su lluvia.

El arco dibujado en el aire se extendió sobre el mar
nadaron las aguas tranquilas del abrazo
las ondas circulares de los besos
abandonaron los cuerpos mojados en la luna flotante.


La luna
lentamente
los bajó.


Entonces, él salió de ella. Ella, de él. Y fueron uno.


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