martes, 25 de agosto de 2009

Poesía de los pájaros


Algo cambió y sé que es para siempre. Puedo tocar el paraíso con los pies. Otra realidad atraviesa la ventana de lo posible. Pasa una bandada alocada de poetas. Miro un pájaro que dibuja una línea hermosa e imperfecta en el cielo. Gira. Sube, baja. Se va lejos, muy lejos. Y regresa.
Sigo su recorrido y veo una guirnalda de palabras que dejó. Me estremezco en su canto. Las palabras cuelgan de mil hojas sostenidas por flores de silencios. Me lastimo con el filo áspero de la corteza y me envuelvo en los bordes tiernos del beso de sus pétalos. Me atraviesan la carne, me calan el corazón. Suelto lágrimas de sangre, lloro pétalos violetas. Perforo la tierra. Con su fuego puedo licuar el acero más duro; incluso, abrir candados sin necesidad de ninguna llave. Fiesta potente de raíces, brotes de sueños que se desprenden del árbol. Gotas. Burbujas de mil mundos posibles.
Las palabras del poema caen en coma de lunas y estrellas, y se levantan en narcisos y ríen en soles. Se desbordan. Cuando llega, el desastre es inevitable. Oigo el murmullo de letras negras. Las olas acercan gritos de caracoles. Los maremotos mueven peces, sirenas y levantan tesoros profundos. Vienen de lejos, de un puñado de islas del Pacífico; cruzan Italia y no pueden parar los ríos de sangre del volcán. Nadan lagos, mares y océanos. Largas travesías hechas en Canadá que bajan en vendavales por las escaleras de Valparaíso.
Un grano de arena queda en mi ojo. Miro por la misma ventana y hay tormenta en el desierto. Tengo sed. Tengo calor. Tengo noche y me invade el frío. Me cubro con una letra mayúscula. Despierto. Floto en una alfombra multicolor. Sobrevuelo el oasis en donde caí. Acerco la lámpara de las mil y una noche de desvelos para ver mejor. Recorro la avenida más larga. El viento gira su camino. Tomo una instantánea, y en los segundos que dura el click, el momento que registré ya cambió.
Las nubes cubren las cortinas. El humo de la ciudad hace caer lluvias negras. Cae una gota. Cae otra. Miles de gotas caen y se unen y forman una barrita de tinta. La froto sobre la caja, preparo mi pintura. Las manchas se escapan de las manos, se desparraman sobre el papel. Dejan el dibujo de un pájaro. El pájaro agita sus alas. Mira un punto y sale volando. Veo que gira. Sube, baja. Se va lejos.
Las escucho llegar. Dos plumas entran. Otra hoja se abre.

6 comentarios:

  1. Andariega, andariega
    Y ahora donde estarás
    Cuales serán los cielos que te verán pasar
    Besos
    Bea

    Cursi el versito, pero me salió así

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  2. Keiko: Las teclas de tu teclado deben ser pimpollos de jazmines... y tus pinceles de seguro con ramilletes de hilos de magia.
    Abrís un nuevo espacio, y nos das la mano. Y acepto el paseo. Y vuelvo y no soy la misma. Un shock de poesía me ha invadido, una vez más...
    Gracias por eso...
    Viene a mi mente el mundo de Chagall, gracias por eso...
    Besos

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  3. Bea, Gracias!
    Estoy en el cielo pantalla, dejándote unas palabras de regalo.
    ... te salió algo como una letra de tango?


    Gracias, Vane!
    Me parece que vos mirás por el agujerito de una
    puerta...igual que los chicos!!!

    Si hago a tiempo, mañana les subo algo.

    Besos!

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  4. Al leer tus textos o ver tus obras, recuerdo la letra del "CUANDO"...Y no sé con cual quedarme...

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  5. Flor de ceibo:

    ¿qué es el "Cuando"...? No sé qué es.

    Besos!

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  6. Pletórico de imágenes y con un ritmo increíble.
    Bello! Las palabras te caen como pájaros al papel.

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